Entrevista a Camilo Guio, subdirector de Gaia Amazonas:
¿Cuál es la situación de la minería ilegal en la Amazonía?
Camilo Guio: Lo primero es que, respecto a la minería tenemos dos tendencias. Una, territorios que antes estaban excluidos de este tipo de desarrollos por el tema de orden público, hoy en día han pasado a ser de interés de explotación minera. Eso se manifiesta, primero, en una labor que viene haciendo el gobierno colombiano de prospección minera de los llamados minerales estratégicos como el oro, minerales asociados a las arenas negras como el coltán y otros que se están proyectando como uranio o hierro.
En el caso del departamento de Guainía, se materializó en el tema del memorando de entendimiento entre el gobernador del Guanía y una empresa canadiense para hacer explotación de estos minerales en el departamento. La segunda tendencia es un aumento de esas actividades extractivas ilegales, sobre todo en la zona de planicie amazónica, o nororiente amazónico colombiano, zona limítrofe con Venezuela y Brasil. Y es que en la medida en que el Gobierno o el Estado empezaron a hacer mayor presencia en las zonas de piedemonte, estas economías han migrado con mayor fuerza a zonas de frontera, manifestándose en actividades extractivas ilegales, sobre todo de explotación de oro.
Respecto al tema de minería ilegal, básicamente estamos hablando de la explotación de oro en los lechos de los ríos de aluvión, en los departamentos de Caquetá, Amazonas, Vaupés y Guainía. En menor medida, el tema de la explotación de las arenas negras, este último sobre todo en el departamento de Guainía.
¿Cuál es el panorama en el Caquetá?
Lo primero es que esta actividad extractiva ilegal se caracteriza porque se hace de forma anti técnica e insostenible, a través de balsas y dragas, que no solo tienen unos efectos ambientales sobre los lechos de los ríos, sino que también hacen un mal uso del mercurio pues se vierte sobre los ríos y genera unas afectaciones a la salud y la vida de las poblaciones locales, especialmente de los pueblos indígenas.
Llevándolo a un punto de derechos humanos, estas actividades están generando afectaciones a la salud, a la vida, a la soberanía alimentaria y al derecho al agua de las poblaciones locales, principalmente pueblos indígenas e incluso pueblos de una protección constitucional especial como lo son los pueblos en aislamiento voluntario. Segundo, tenemos una afectación al patrimonio natural y cultural de la nación, en la medida en que estas actividades se están dando en Áreas de Manejo Especial: Territorios Indígenas legalmente reconocidos como resguardos, Áreas del sistema de Parques Nacionales Naturales, o Reserva Forestal, además con la particularidad de que son zonas de frontera y cuencas compartidas. Es decir, el mercurio está entrando a toda la cadena trófica a toda la cadena de alimentación a través de los peces, entonces no solo están afectando a las poblaciones locales del lado colombiano, sino del lado brasilero.
Hay afectación de patrimonio cultural porque hay sitios que han sido reconocidos como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad como es el caso del manejo que hacen los pueblos indígenas del Pirá, otra zona que ha sido afectada por estas actividades. Estas actividades afectan la gobernanza de estas autoridades locales, incluso llevando a fenómenos de descomposición social. En la práctica también afectan el patrimonio económico de la nación, por ser no solo un recurso estratégico, sino también por los recursos que se requieren para la remediación de estos daños.
¿Quiénes están detrás de esta actividad ilegal?
Históricamente, y sobre todo sobre zonas como la cuenca de Caquetá, esta actividad fue fomentada por brasileros. En su momento fue una actividad de la que se lucraba la guerrilla de las FARC, cobrando unos impuestos. Ahora con el tema de la disidencia de las FARC se identifica una vinculación directa de actores armados a la actividad, hoy podemos hablar de grandes carteles.
¿Hay evidencias o estudios de las afectaciones del mercurio a poblaciones locales?
Desde el 2014 se empezaron a hacer una serie de estudios liderados por Parques Nacionales Naturales con la Universidad de Cartagena en Territorios Indígenas que son Parques Nacionales como el Cahuinarí, Yaijojé Apaporis y en el parque Amacayacu, sobre la cuenca del rio Putumayo. Allí se identificaron los niveles de mercurio en cabello, los cuales mostraron los indices más altos de mercurio en personas del país. Resultado alarmante que generó muchas preguntas, e incluso en su momento llegó a hacer dudar de la experticia técnica de estos estudios, algo que es explicable porque a diferencia de otras zonas del país el 80% de la dieta alimenticia de los pueblos indígenas es el pescado, razón de tan altos niveles.
Las dudas que existieron en su momento fueron disipadas con el estudio que se hizo en el 2016-2017 en Apaporis, liderado por el Instituto Nacional de Salud con la Universidad de Córdoba, es decir la institución competente. Este se realizó en el río Yaigojé Apaporis en las comunidades del lado del departamento de Vaupés del municipio de Taraira, y arrojó que el 80% de la población no solo está contaminada sino intoxicada (termino apropiado) con mercurio.
En estos días se hizo una comisión que va a hacer todo un estudio en la zona de Araracuara liderada por Parques Nacionales Naturales pero con la vinculación de Corpoamazonía, la autoridad ambiental regional, las secretarias de salud, el Instituto Nacional de Salud, que nos mostrará las zonas donde hay mayor actividad minera ilegal. Es importante resaltar que es un grupo mucho más amplio de instituciones que están asumiendo una responsabilidad.
¿Qué Territorios Indígenas son los afectados en Caquetá por la minería ilegal?
En principio se han hecho estudios en el Parque Nacional Natural Cahuinarí, donde tiene presencia la Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas del Paní, que son los pueblos Bora y Miraña. El Parque Yaigojé Apaporis, jurisdicción de las AATIS ACIYA y ACIYAVA, son zonas muy diversas culturalmente, mientras en el Yaigojé Apaporis en el rio Couté, básicamente son Ticunas y Cocamas. Los estudios recientes en la zona del Aracuara seguramente arrojarán un alto nivel de contaminación y es hogar de pueblos indígenas como los huitotos.
¿La minería ha tenido consecuencias a nivel cultural dentro de las comunidades indígenas?
Hay algo para resaltar y es que estos pueblos indígenas amazónicos no tienen tradición minera. Por el contrario, el oro tiene un valor de curación y extraerlo trae enfermedades de tipo cultural y descomposición social, por eso la actividad minera no es viable, no solo desde el punto de vista ambiental sino desde el punto de vista cultural.
¿Cuáles son las acciones que está adelantando Gaia para acompañar a los pueblos indígenas en este tema?
La tendencia que se ha dado desde el Estado para afrontar este tipo de problemáticas se ha enfocado en la criminalización es decir, unas acciones policivas, que aunque necesarias, son insuficientes; y el tema de la formalización o el discurso dirigido a que en vez de atacar la minería, volverla legal.
Uno de los puntos a resaltar es que sí va haber unas acciones de responsabilidad desde el Estado para control y vigilancia de esas actividades en forma coordinada con las Organizaciones Indígenas como autoridades públicas y autoridades ambientales. Por otro lado, debe haber un ejercicio de ordenamiento territorial, en articulación con un ordenamiento cultural, ambiental y político administrativo. De eso hay avances en el reconocimiento de las organizaciones indígenas como entidades territoriales, y eso es fundamental fortalecerlo desde la gobernanza local pero también desde esos instrumentos de ordenamiento. Y por último debe haber toda una acción de generar alternativas económicas para formas de vida acordes a esas particularidades ambientales y culturales de estos territorios para desestimular la vinculación de población local a esas actividades mineras.
Finalmente, casi como una acción transversal, debe haber toda una estrategia de visibilización y sensibilización, tanto de la importancia de la Amazonía, como de los impactos que se están generando en ella.
Por otro lado, también debe haber unas complementariedades en zonas de frontera, pues se están materializando unos corredores de ilegalidad y de impactos.
¿En Territorios Indígenas está permitido desarrollar minería?
En el mismo código minero está contemplado unas áreas excluidas de actividades mineras, como las Áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales, los páramos y los sitios Ramsar. Hay otras que en principio están excluidas pero que es posible hacer unos procedimientos para que se adelanten esas actividades. Cuando se trata de un territorio indígena hay un problema estructural porque primero se adjudica el título minero y luego sigue el proceso de licenciamiento y consulta previa. Sí, en un Territorio Indígena se puede adjudicar un título minero y posteriormente se surtiría un proceso de consulta previa. En la Amazonía existe la característica de que los territorios están traslapados con otras figuras como sistemas de Parques Nacionales Naturales donde no se podría hacer la actividad. Una de las recomendaciones para que Colombia entrara en la OCDE era que esos procedimientos se unificaran, algo que no ha sucedido y genera conflictos socioambientales y vulnera derechos fundamentales de los pueblos indígenas.
Lo que tiene que primar es que los Territorios Indígenas de la amazonia no tienen un vocación minera por sus características culturales y ambientales. Esto además se encuentra reconocido por el Estado Colombiano, en la medida que ha suscrito diversos tratados internacionales que compromete a Colombia con la protección de la biodiversidad de la Amazonia. En este sentido también es importante resaltar el fallo de la Corte Suprema de Justicia que reconoce a la Amazonia como Sujeto de Derechos, y por lo tanto condiciona el modelo de desarrollo para este territorio.