Desde la perspectiva occidental y no indígena, no era común asociar la palabra ‘política’ con las mujeres indígenas, tal vez por su poca presencia en los escenarios de participación o porque es a los hombres a quienes acostumbramos a ver tomando decisiones. Sin embargo, es necesario repensar lo político y pensar ¿de qué manera y desde sus roles tradicionales y contemporáneos las mujeres indígenas son agentes activos en los espacios políticos?
Al respecto, Juliana Sánchez, encargada de orientar los temas de género en Gaia Amazonas, explica que, aunque los hombres ha sido los representantes legítimos de sus comunidades tanto en los aspectos rituales y cosmopolíticos -bajo la figura del payé-, y en los aspectos políticos de negociación -bajo la figura de el capitán o representante legal, las mujeres lideresas siempre han participado desde sus roles y conocimientos tradicionales, ya que la autonomía de las mujeres viene desde origen.
Es por esto que, en Gaia Amazonas, se propone una Política Integral de Mujeres que busca visibilizar esa participación y aporte que las mujeres vienen realizando desde siempre y con nuevas agendas, especificidades y particularidades explícitas desde hace un par de décadas.
Juliana también explica que en los últimos diez o quince años las mujeres indígenas se han organizado dentro de sus asociaciones con los denominados Sector Mujeres o Área Mujer, desde donde han emprendido investigaciones endógenas sobre sus conocimientos, ejecutando proyectos productivos sostenibles, movilizando liderazgos femeninos y fortaleciendo redes de trabajo y apoyo mutuo.
Su reflexión sobre representación en sus gobiernos y su participación en la gobernanza ambiental de sus territorios permitió la construcción de la “Política Integral de las Mujeres, “que contiene los lineamientos, principios, estrategias y acciones que expresan y potencian la participación de la mujer indígena en el gobierno propio”, explica.
Para este propósito, las mujeres se han planteado unos principios en los cuales se sustentan las intenciones programáticas de las organizaciones de mujeres:
1. Complementariedad: ya que el buen manejo del mundo depende de que hombres y mujeres cumplan a cabalidad sus roles y se complementen entre sí de manera integral. Es decir, la complementariedad e interdependencia son aspectos que posibilitan la vida, y es importante evaluar cómo se están viviendo las relaciones entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la existencia: en los espacios cotidianos, rituales y organizativos.
2. Las redes de apoyo femeninas: La buena convivencia comunitaria depende de la actuación positiva y cooperativa de las mujeres de una comunidad. Estas redes se amplían e incluyen y articulan a las mujeres de las comunidades origen de cada una, en una red que las conecta incluso con los centros urbanos amazónicos.
3. La chagra como espacio de poder político: Desde allí, las mujeres conservan la biodiversidad y aseguran las condiciones necesarias para que las familias y comunidades tengan salud al administrar los alimentos, generar abundancia y conservar los saberes sobre las semillas, conocimientos y prácticas que fortalecen la soberanía alimentaria y la autonomía.
4. La economía para el bienestar: Se plantea con miras a posibilitar la organización, la movilización de liderazgos y la legitimidad a la voz femenina en espacios políticos de toma de decisión. La economía para el bienestar es una necesidad sentida de las mujeres indígenas y se plantea desde la promoción de cadenas de valor sostenibles acordes cultural y eco-sistémicamente al contexto de los territorios de las organizaciones de las que hacen parte.